martes, 17 de marzo de 2015

ECOGRAFÍA DE MAMA

La ecografía es una técnica no invasiva que utiliza ondas de sonido de muy alta frecuencia, emitidos por una especie de altoparlante de mano llamado transductor y que al chocar con las diferentes partes del cuerpo son, en mayor o menor grado, dependiendo de la dureza y composición de los diferentes tejidos, rebotados y detectados por este transductor el cual los envía a un sistema informático que los convierte en imágenes.
En este sentido, la ecografía ofrece dos grandes ventajas: la primera es que no utiliza radiaciones ionizantes; es decir, perjudiciales para la salud y la segunda es que las imágenes se adquieren en tiempo real.
Con los desarrollos tecnológicos y la evolución de los transductores, se han logrado equipos que emiten en frecuencias cada vez más altas, lo que ha permitido el estudio, en gran detalle, de partes del cuerpo superficiales y de pequeño tamaño. Este es el caso de las mamas, estructuras del cuerpo que se han visto beneficiados en gran medida por este buen método diagnóstico.
Ahora bien, cuando hablamos de ecografía mamaria, siempre existen tres cuestiones que se plantean y son las que colocamos en el título. Las analizamos.
¿Para qué sirve la ecografía mamaria?
 La ecografía en la mama tiene algunas ventajas sobre la mamografía, único método aceptado para realizar el despistaje del cáncer de mama y es que la ecografía permite visualizar la estructura interna de los tejidos, sanos o enfermos, en múltiples planos, por lo que en aquellos casos en los que en la mamografía, debido a la densidad mamaria, no logran detectarse lesiones, estas pueden ser vistas con la ecografía.
Cuando una lesión se toca, ya sea por la propia mujer o por su médico de cabecera o ginecólogo o si se ve en la mamografía, la ecografía muchas veces nos permite diferenciar entre lesiones benignas, por ejemplo nódulos benignos como fibroadenomas y quistes y el cáncer. Esto da pie para preguntar: si es tan bueno este método ¿por qué no se utiliza para el despistaje en lugar de la mamografía? Por dos razones: En la ecografía es muy difícil detectar microcalcificaciones, que es uno de los primeros signos en un tipo de cáncer, que de paso es el mas frecuente y que sí se detectan en la mamografía. También porque al tener que realizarse en forma manual, es factible no pasar por el sitio exacto donde pueda estar una lesión pequeña, sobre todo en pechos grandes y con predominio de grasa. Así que la ecografía no sustituye a la mamografía en el despistaje del cáncer de mama.
¿Cuándo se debe hacer una ecografía mamaria?
Principalmente se debe hacer en mujeres jóvenes, menores de 30 años, que presenten algún bulto o inflamación en la mama; en mujeres embarazadas con algún problema de los antes mencionados, debido a que en esta etapa las mamas aumentan de densidad y también evitamos radiaciones al feto; en mujeres mayores de 35 años, con un bulto o lesión que no se vea en la mamografía o que, si se viera, no nos diera suficiente información de su naturaleza; en mujeres con secreción por el pezón. También es útil en mujeres con prótesis, operadas o tratadas con quimioterapia o radiación y, por último y muy importante, para guiar la toma de muestras o biopsias. Quiero mencionar también, aunque suele ser motivo de discusión, que en mi opinión, siempre que en una mujer en cuya mamografía aparezca tejido denso que pueda ocultar pequeñas lesiones, aunque no se palpe nada, debe realizarse la ecografía en forma complementaria.
La última cuestión y probablemente la más polémica es

¿Quién debe hacer la ecografía mamaria?
 Bueno, la ecografía debido al relativamente bajo costo de los equipos, a la aparente facilidad para realizarlo y a la ausencia de efectos nocivos, se ha prestado para ser utilizado por muchos médicos de diferentes especialidades en sus consultas.
Sin embargo, la ecografía tiene un gran problema y es que depende en gran medida de la experiencia de quien la realiza. Además, la ecografía de la mama, como hemos visto, es una técnica necesariamente complementaria a otros métodos, sobre todo a la mamografía, por lo que muchas veces solo sirve para detectar un problema cuando ha sido visto en ésta, mientras que si hacemos la ecografía sin haber visto la mamografía podemos pasarlo por alto.
Con todo esto se ha llegado a la conclusión de que la ecografía mamaría debe ser realizada, preferible e idealmente, por médicos radiólogos entrenados y dedicados a las enfermedades de la mama y mejor aún, en el mismo lugar donde se está realizando la mamografía junto con tomas complementarias que se pueden y deben hacer, siempre por decisión del radiólogo.

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